El Parkinson: ¿cuál es la causa?
Si estás leyendo este artículo, muy posiblemente a ti o a algún familiar tuyo le diagnosticaron con la enfermedad de Parkinson (EP). Y como siempre sucede en una situación así, es importante informarse de la manera más seria pero a la vez más cautelosa, para que los datos los ayude a reorganizarse más que a angustiarse. Entonces, lo primero que se debe hacer es buscar fuentes de información confiables para saber cómo actuar.
Generalmente, ante un diagnóstico de Parkinson, las primeras preguntas que surgen son: ¿por qué le pasa esto al cuerpo? ¿Cuál es la causa que provoca estos síntomas?
Si bien todavía hay mucho por descubrir acerca del motivo que inicia la enfermedad de Parkinson en una persona, los avances sobre este conocimiento han sido muchísimos, así como la cantidad de investigaciones y tratamientos que se estudian con el objetivo de mejorar la condiciones de quienes viven con esta enfermedad. Entonces, aunque no se sepa todo, hay mucho que sí se sabe: ¿Qué es lo que se conoce hoy acerca de lo que sucede en el cuerpo de una persona que tiene Parkinson?
En primer lugar, se sabe que la enfermedad se produce porque dejan de funcionar algunas células nerviosas (neuronas), que producen una sustancia que se llama dopamina que es la encargada de enviar mensajes a la parte del cerebro que controla el movimiento y la coordinación del cuerpo. Estas neuronas se encuentran en una zona del cerebro denominada sustancia negra. El Parkinson se desarrolla cuando esas células nerviosas comienzan a morir o desaparecer producto de algunos cambios en su metabolismo.
Cuando el cerebro produce menos dopamina de la necesaria, comienzan a aparecer los síntomas del Parkinson: temblor, lentitud, rigidez e inestabilidad postural, entre otros. También es común que se presenten algunos efectos que no se vinculan a los movimientos del cuerpo, como la pérdida del sentido del olfato, cambios en el estado del ánimo y el sueño.
Todavía no se conocen con exactitud las causas que originan esa deficiencia de las células. Al parecer, existen dos factores que podrían aumentar las probabilidades de que se desarrolle la enfermedad: por un lado, se han identificado varias mutaciones genéticas asociadas con el Parkinson, y por otro, la exposición a ciertos factores ambientales como químicos tóxicos, pesticidas o herbicidas. Es decir, la interacción entre la predisposición genética y el ambiente definen las mayores o menores posibilidades de adquirir la enfermedad.
Esto no quiere decir que se haya comprobado en todas las personas con Parkinson la vinculación con alguno de estos factores ni que todas las personas que presenten estos determinantes vayan a desarrollar la enfermedad de Parkinson. Sino que algunas personas pueden tener más posibilidades o riesgo de desarrollarlo que otras.
Finalmente, es importante entender que los síntomas mencionados no son exclusivos del Parkinson. Es decir, existen otros trastornos que tienen síntomas similares y que también se incluyen en formas de “Parkinsonismo”.
El parkinsonismo es un término descriptivo genérico que hace referencia a la categoría completa de enfermedades neurológicas que causan síntomas parecidos a los del Parkinson, pero que no responden a la misma medicación.
En cualquiera de estos casos, aun no existen estudios que den como resultado si una persona tiene Parkinson, sino que son las observaciones clínicas de un médico y las pruebas de los efectos que produce la medicación las que identifican el diagnóstico.
Recuerda los siguientes datos sobre el Parkinson:
- Actualmente la enfermedad de Parkinson no es curable pero sí tratable. Consulta al médico para que te acompañe y te indique el mejor tratamiento para ti. No dejes de buscar al profesional con el que te sientas a gusto, a quien le puedas preguntar todas tus dudas, te entienda y le entiendas. La enfermedad de Parkinson es crónica, entonces el acompañamiento y atención de equipos de salud serán fundamentales y durarán muchos años.
- Como la enfermedad de Parkinson puede afectar distintas áreas de tu salud, pídele a tu médico que te aconseje los especialistas que necesites para trabajar aquellos aspectos que te afecten más.
- La forma en que afecta la enfermedad, su evolución y su tratamiento son particulares en cada persona. Por lo tanto, el tratamiento y la atención también deben ser personalizados y adecuarse a ti. Es importante que busques todos los apoyos y alternativas para que puedas disfrutar de tu vida.